La incertidumbre nos atemoriza mas que un peligro concreto.
Hoy quiero hablar de Luis Rojas-Marcos de la Viesca. Psiquiatra, investigador y profesor español, afincado en Estados Unidos. Ha publicado numerosos trabajos sobre temas psiquiátricos y de salud pública en revistas científicas estadounidenses. En España, colabora regularmente en la sección de opinión del diario EL PAÍS, es patrono de la Fundación la Caixa y colabora con instituciones dedicadas a temas sociales.
Una de las cosas de las que habla recurrentemente y con la que estoy completamente de acuerdo es que la incertidumbre es uno de los aspectos que más conmociona al ser humano. Cuando empezó la crisis económica en España aumentaron las visitas a psicólogos y psiquiatras debido principalmente al hecho de no saber, mejor dicho a tener presente que no se sabía lo que iba a ocurrir en el futuro. «Si uno se fija en las conversaciones de la gente, más del 50% de sus comentarios se refieren al futuro, ya sea inmediato o lejano, y en un contexto como el actual eso pierde sentido mientras que el estrés y la ansiedad ganan terreno», lo que se manifiesta de diversas formas, argumentó este experto.
Rojas-Marcos, a lo largo de su trayectoria ha ido investigando y difundiendo muchos temas relacionados con la salud mental de interés general. Con respecto a la depresión, pidió que se distinga el «estar triste» de la depresión, que es una enfermedad frente a la primera que es un estado, «una reacción normal ante algo para lo que no hay medicamentos ni tratamientos terapéuticos». Estos dos conceptos se confunden a menudo y hay que aclarar que para que sea enfermedad tiene que haber unos síntomas graves prolongados al menos durante dos semanas seguidas, con problemas como pérdidas de apetito, de energía y, en ocasiones, de insomnio. Por eso, es importante no medicalizar o ponerle el signo de enfermedad a reacciones tristes ante un acontecimiento negativo.
Rojas Marcos, que acaba de publicar Somos lo que hablamos. El poder terapéutico de hablar y hablarnos (Grijalbo) también dice que se puede cambiar para vivir mejor. ¿Cómo? Hablando, porque “hablar, en cualquiera de sus formas, no sólo añade vitalidad a los años sino también años a la vida”. “Estoy convencido de que hablar es la actividad humana natural más eficaz a la hora de proteger la autoestima saludable, gestionar nuestra vida, disfrutar de la convivencia y las relaciones afectivas y estimular los dispositivos naturales que facilitan nuestro bienestar físico, mental y social”, afirma.
Un entrevistador de La Vanguardia le pregunta: ¿Y si mis soliloquios son negativos y me hunden? A lo que Rojas Marcos responde:Deberá aprender a hablarse con cariño y así vivirá más y mejor. Porque la perspectiva positiva u optimista de la vida la implementamos en el lenguaje interior. ¿Cómo se aprende? Siendo consciente de que el lenguaje interior es importante en tu vida y como tú te hables así repercutirá en el lenguaje social, afirma el psiquiatra.
Os recomiendo cualquiera de las lecturas de Luis Rojas-Marcos. Aquí algunas: La autoestima (2007), Convivir (2008), Corazón y mente: claves para el bienestar físico y emocional (2009), Superar la adversidad: El poder de la resiliencia (2010), Eres tu memoria: Conócete a ti mismo (2011), Los secretos de la felicidad (2012), El poder terapéutico de hablar y hablarnos (2019).