¿El autocontrol es finito?
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Capacidad de control o dominio sobre uno mismo.«el autocontrol es una de las facetas humanas que potencian el rendimiento del hombre deportivo; los alcohólicos se convierten en seres faltos de autonomía, regresivos, débiles, dependientes y de escaso autocontrol»
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Evaluación o valoración de los propios conocimientos, aptitudes, etc.«los estudiantes se someten periódicamente a ejercicios de autocontrol; dedica los repasos a estudiar aquello que todavía no dominas suficientemente, a realizar autocontroles y a revisar las fichas, los esquemas y los resúmenes»
Según el psicólogo Roy Baumeister, de la Florida State University–, tenemos un pozo finito de autocontrol:
— Siempre que ponemos límites estamos utilizando una porción de dicho autocontrol, por lo que nos quedará un poquito menos para afrontar las tentaciones que surjan simultáneamente.
— Desde un punto de vista práctico, según esta teoría, si tenemos una decisión importante que tomar, es mejor estar “saciados de tentaciones”. Debemos intentar consumir lo menos posible, para que todo nuestro autocontrol quede a disposición de una decisión ponderada y razonada.
— Las reservas se pueden agotar de multitud de formas. Por ejemplo, intentar parecer interesado durante una reunión aburrida ya conlleva un grado de autocontrol que mermará nuestra capacidad para evitar comernos el tentador aperitivo hipercalórico que han dispuesto sobre la mesa. Aguantar las ganas de decir algo cuando estamos enfadados puede llevarnos directos a la despensa en busca de una compensación a la que nos costará resistirnos, pues ya nos estamos conteniendo para no hablar.
— Muchos sabemos también que a la compra hay que ir sin hambre. Si necesitamos controlar el apetito, nos costará más hacerlo frente a la ventana de tentaciones que se abre ante nuestros ojos en un supermercado.
Desde mi experiencia personal y profesional en terapia, una de las trampas del autocontrol es pensar que si la emoción que sentimos es muy intensa tenemos que obedecerla y si no hay emoción en el momento presente es porque lo que nos acontece no tiene importancia. Quiero decir, que por ejemplo bajo ciertos estados de ansiedad el miedo es tan intenso que podríamos pensar que es un aviso (que viene de fuera de nosotros) para que nos detengamos, pero sabemos que en muchas ocasiones los miedos nada tiene que ver con la realidad o son tan improbables que detener nuestra vida por ellos sería un sin sentido . Otro ejemplo podríamos observarlo en personas que sufren depresión y esperan a tener ganas para hacer cosas valiosas a lo largo del día y parece que esas ganas nunca llegan.
Thich Nhat Hanh, en relación a la emoción de la Ira y el autocontrol, afirma: “¿Por qué has de pasar varias horas, una noche o incluso varios días sufriendo acosado por la ira? Hay una barca que te permite ir rápidamente a la otra orilla. Esta barca es la práctica de nosotros mismos, mediante la respiración consciente, para observar profundamente nuestro sufrimiento, nuestra ira y nuestra depresión, y sonreirles. Al hacerlo venceremos al dolor e iremos a la otra orilla”.
Mediante la respiración consciente y la practica de la atención plena o mindfulness podemos tomar conciencia de nuestras emociones y decidir si seguir lo que nos dictan o no.